6 de marzo de 2012

Cadáver exquisito con Gus t.

Lo supe enseguida, los armarios y los paraguas no se llevarían bien en su próxima vida, porque los paraguas son cosas de niños y en los armarios los pájaros mueren al instante.

Las luces ya no son alucinantes
en el cielo resplandecen
los colores de los peces

se fundían con el sabor
de las moras trituradas en mi sien,
cien gatos, faroles fornicando
y el gemido de los barcos.
Era una noche retorcida.

Se notaban los ruidos
se veía la envidia
10.376 sillas sobraban en la mesa
entre crema y cerezas

cerezas tan circulares
que ya no eran nada,
y de fondo sonaban
los relojes bañados en agua.
La ciudad se caía para un lado
justo cuando los transeúntes
decidieron estar todos motorizados.
Los ojos de la gente escupían moscas

bocas miraban con ansia mil horas
A cada hora las bombillas anhelaban
buscar el momento para penetrar la yerba
entre pupilas y pestañas
entre la tela y la araña

Sí, definitivamente era una noche retorcida.
La inspiración no llegaba en los submarinos
por cuestiones de química.
Me limité a sublimarlo todo
y acabé emborrachándome con licor de caracol.

1 humanos:

lunagajodelimon dijo...

me como todos los cadaveres.
son exquisitos
amarlos.
▲▲▲

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