21 de marzo de 2011

veintiunodeltres

Una raíz que enrealidad es una cebolla que se convierte en un pulpo con la cabeza hincada bajo tierra por el miedo al aire impuro de los camiones de los camioneros que le aplauden a Olivia por cómo anda en rollers, y los tentáculos del pulpo nadan por el ambiente pariendo tentáculos y las ventosas absorbiendo toda la atención de la gente que va arriba del colectivo, incluídos los ciegos que hacen poesía oliendo los árboles en el camino y nunca nadie les preguntó. Y, volviendo a los tentáculos recién nacidos... Bueno, de ellos salen hojitas verde amarillento, amarillo verdoso, o amarillo ocre o ocre anaranjado o verde con más azul que amarillo pero no verde azulado. Y las hojitas son invitadas a revolear sus nalgas y vestidos por el Señor Viento que es compañero de orquesta de la Señora Lluvia, solo que ella acorta y el arrastra y ella te hace reír y el te hace vibrar, y ella te hace bailar y él te hace cerrar los ojos y reflexionar entonces deberíamos vivir en un mundo donde existan viento y lluvia permanentes. Y volviendo a las hojitas revolea-nalgas... ¿Alguien sabe que bailan en círculo? Es más, si observásemos con más paciencia y más amor (porfavor) veríamos como las hojaráscasdànzoras roban tinta solar y mientras bailan dibujan círculos en el aire ¡imagínense si para todos existieran la paz y el amor! veríamos árboles decorados por tinta solar trazando circunferencias decrecientes, rodantes y redundantes. Y ver en otoño circulitos caer, porque hoy es veintiunodeltres y para mi sorpresa empieza el otoño y no puedo creer que recién me entero de que vos ya naciste con las hojas desprendidas, que siempre fuiste débil aunque viviste en dieciocho años unas doce primaveras y cuándo cantabas para dormirte y dejar de lamentarte por lo inevitable te sentías agradecido por haber sido mar alguna vez y por serlo eternamente, y porque cuando cantabas entonces estaban todos tus seres queridos tirándote sal y tirándote al mar, y entonces vos te ibas con los huesos cansados y sonrisa de amor y sentías la brisa en tu cabeza y ya habías dicho todo lo necesario como para levantarte un monumento y una ciudad porque lo lograste y surfeando en tu vientre te llegó el último otoño y fuiste ceniza que precipita y tomaste tu verdadera forma y entonces ahí fué que empezaste a ser mar eternamente. Porque sí, y cuando me meta al mar voy a soltar un lagrimón y voy a dejar que me abraces y no me convides galletitas con dibujitos de Pocahontas.

Y marzo, el mes de la muerte, tiene un solo día en el cual nace algo, y quién nace es la muerte, y ese día es hoy.
Y que entre la fiebre y la saudade y el amor y los mocos me parece genial que esta entrada sea un despelote y haber sido tan cursi de agradecerte en voz alta (por las dudas) que te hayas convertido en un maestro antes y no después de morir, aunque todavía algunos no sabemos aprender.
Y aunque sea una pena, alguien que te sonreía seguido dijo una vez que acostumbrarnos porque no nos queda otra puede terminar siendo doloroso o no, y ya lo fué, y ahora nos parece bien, y no por ceguera. Necesito un pañuelo, gracias.

11 de marzo de 2011

Falta de

Pesa el alma cuando no tiene agujeros -porque está bien- y se inunda de sentimientos hermosos que no tiene donde depositar -y el peso es mal-.

Y ese contraste bien-mal es peor, aún... Como ojeras sin canción de cuna o arañas sin cabaret.
Y no puede ser mejor porque LA VIDA ¡Y que ese fundamento para las desgracias de la misma no nos conforme nunca! No nos acostumbremos a que LA VIDA.

Necesito un estanque.